La postura de nuestro cuerpo afecta la imagen que proyectamos. Pero sorprendentemente nuestra postura cambia los niveles hormonales que regulan nuestra autoestima y por ende la influencia que ejercemos sobre otros.
Cuando entramos a una reunión de trabajo o una sala de un evento podemos ver todo tipo de comportamientos.
Están aquellos que se sientan adelante, estiran las piernas y los brazos. El mensaje es claro: yo domino este espacio. Es un típico comportamiento de macho alpha. En las manadas de mamíferos el dominio sobre el uso del espacio es una señal de poder.
Están aquellos que se sientan adelante, estiran las piernas y los brazos. El mensaje es claro: yo domino este espacio. Es un típico comportamiento de macho alpha. En las manadas de mamíferos el dominio sobre el uso del espacio es una señal de poder.
Por otro lado tenemos a los que buscan la esquina más apartada para sentarse. Se hacen lo más chiquitos posibles y tratan de pasar desapercibidos.
"Este comportamiento es más frecuente en las mujeres", dice Amy Cuddy, profesora de Harvard que investiga el lenguaje corporal y su efecto en las interacciones sociales.
En un emotivo video en TED que ya ha tenido más de 24 millones de vistas, Cuddy presenta resultados de sus investigaciones, que demuestran que las posturas de poder afectan (en pocos minutos!) nuestro nivel de testosterona y cortisol. Esto significa que podemos afectar nuestros niveles de asertividad tan sólo asumiendo posturas que demuestran asertividad. Con la repetición, se instala un hábito de sentirse asertivo que puede cambiar nuestra vida.
"Este comportamiento es más frecuente en las mujeres", dice Amy Cuddy, profesora de Harvard que investiga el lenguaje corporal y su efecto en las interacciones sociales.
En un emotivo video en TED que ya ha tenido más de 24 millones de vistas, Cuddy presenta resultados de sus investigaciones, que demuestran que las posturas de poder afectan (en pocos minutos!) nuestro nivel de testosterona y cortisol. Esto significa que podemos afectar nuestros niveles de asertividad tan sólo asumiendo posturas que demuestran asertividad. Con la repetición, se instala un hábito de sentirse asertivo que puede cambiar nuestra vida.
Si te sientes inseguro antes de una presentación o una entrevista, busca un lugar apartado (un baño es el lugar más seguro) y asume una postura de poder: brazos estirados hacia arriba o en la cintura, piernas separadas, el mentón levantado y una gran sonrisa. Verás que la testosterona en tu cuerpo hará el resto.
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