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25 julio 2013

Un equipo abrumado

Nos encargan un nuevo proyecto o somos asignados a una nueva área. Al asumir el reto nos damos cuenta que al equipo  le ha caído un huaico.

Un evento impactante o la llegada de un nuevo líder puede catalizar el estrés acumulado, generando renuncias o hasta la paralización al equipo.

En situaciones como esta tenemos que reaccionar rápido:

* Identifica las personas con mayor capacidad de recuperarse las más optimistas ante el reto que pueden ayudarnos a recuperar el avance.

* Toma acciones simples y de impacto inmediato que aligeren el ambiente.  Un grupo bajo un huaico necesita aire y luz.  Literalmente.  Saca al equipo a una actividad fuera del ambiente de trabajo.


* Comunica de manera honesta la situación. Informa lo que sabes y dí que cosas no sabes o no están definidas. Puedes dar plazos estimados para las definiciones que más interesan a la gente. Si serán tuyas, asúmelas como un compromiso. La gente entiende que en una crisis o un cambio radidal no todo estará claro, pero quiere ver un líder que de la cara y que muestre honestidad.

* Las conversaciones iniciales son oportunidades para dar mensajes claros que hagan ver la luz al final del túnel.

* Establece metas cortas de fácil cumplimiento. Salir de un atolladero se hace paso a paso. Tu objetivo inicial debe ser romper la parálisis.

* Felicita rápidamente los pequeños logros de cada uno. Hacerlo de manera individual al inicio es más prudente hasta que tengas mejor perspectiva de quién ha hecho qué antes que llegaras. Una felicitación pública prematura que no considere las sensibilidades preexistentes a tu llegada puede quitarte credibilidad como líder y generar fastidio.



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