El sarcasmo es corrosivo

El sarcasmo es un humor afilado que menosprecia o ridiculiza. Cuando un líder es sarcástico reduce la confianza que otros le tienen, que es la base de un liderazgo duradero.

En su libro "Leader Lies", Matt Wade observa que es fácil justificar lo que se siente bien y el sarcasmo es una tentación natural para muchos, sobretodo cuando somos jóvenes. Para asumir retos de liderazgo, tenemos que resistir la tentación de este tipo de humor.

La palabra sarcasmo viene del griego "rasgar la carne". Una broma sarcástica es una crítica ácida bañada en edulcorante. 

Lograr un sarcasmo fino requiere una aguda capacidad de observación. El sarcástico quiere demostrar su superioridad intelectual o de posición denigrando a algo o a alguien. "El sarcasmo es divertido de vez en cuando, pero cuando se convierte en un elemento habitual de la conversación uno pierde la credibilidad, el respeto y la autoridad en las relaciones", sostiene Wade.

"El sarcasmo es una de las formas de comunicación más peligrosas", dice en su blog John Neufeld, porque "el sarcasmo requiere una víctima."

El reto de un líder es ganarse la confianza de su gente. Sobre esta base logra el respeto y la credibilidad necesaria para que la gente lo quiera seguir. Pero para ser respetado se requiere saber respetar. El sarcasmo debilita las bases del respeto. Muestra a una persona que no respeta a otros.

Cuando un comentario sarcástico hace burla de una idea o propuesta, destruye la iniciativa. Un jefe que usa el sarcasmo para criticar las propuestas de su gente terminará con un grupo temeroso, apático y con bajo compromiso.

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